Federico León Jiménez.
Si tuviésemos que evaluar el contexto político de
nuestro medio, es decir, a los políticos y su accionar; nos encontraríamos con
una triste y asombrosa realidad. Fácilmente nos daríamos cuenta que el Perú y
especialmente Tumbes, no cuenta con buenos y saludables cuadros. Aún,
comparándonos solo en nuestro medio regional, podremos sostener que tampoco
somos mejores. Salvo uno que otro
político (aquellos que guardan silencio y no saben qué hacer) y tampoco
faltan aquellos que olvidan su rol cuando les toca intervenir, no tenemos más
que otros lugares comunes al nuestro.
Esta es nuestra pobre y triste historia (Voe misero
mihi), decían nuestros amigos los romanos. Y es que esto se ha convertido en
una larga letanía sin acabar y se ha venido repitiendo año tras año, elección
tras elección, hasta acumular menciones sin distinción y olvidando que
empezamos donde no teníamos ni para sentarnos y hoy no sabemos ni lo que
comemos, por tener demasiado, pero por supuesto no tenemos a quien culpar sino
a nuestra falta de educación y disciplina.
Pero en esencia el problema nuestro (Tumbes), claro,
el de nunca acabar es que siempre hemos creído no poder. Lo cual se encuentra
en nuestra mediocre e irredenta manera de pensar, significa que nuestra mayor
virtud, es nuestra pobreza mental y el olvido. Y bajo esa circunstancias. Al
que cree que no puede nadie va a convencerlo de lo contrario. Este es un grave
indicador que afecta a una considerable cantidad de hombres y mujeres.
Ciudadanos de a pie, que no tienen idea
real de la grandeza de nuestras condiciones de pueblo privilegiado y terminamos
como siempre creyendo que no podemos y elegimos al que menos lo merece. Padres
y madres de familia que endosan no solo su voto, sino su futuro y el de sus
hijos e hijas. Negándoles el derecho de ser mejores con educación, disciplina y
trabajo; y, poder construir una sociedad libre,
justa y democrática. Entregan sus conciencias a políticos sin política,
a cambio de un plato mal venido de lentejas, que alguien les ofrece a cambio de
engaños y mentiras.
Recordemos que Tumbes, es uno de los pueblos más
privilegiados, que pueda haber sobre la faz de este mundo. Y si dudan
pregúnteselo a la BPZ y sus lacayos. Pero se hace necesario Educación y disciplina, no se puede, no se debe dejar a
medias la tarea que debemos hacer todos y cada uno de nosotros desde el lugar
que ocupemos. Y no permitamos que personas sin escrúpulos, hagan las veces de
hombres sanos y trabajadores, enriqueciéndose, con lo que nos pertenece a
todos.
La política entendamos de una vez es Actividad de los
que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad en su
conjunto. La mejor manera de lograr nuestro desarrollo.
Los actos electorales, son una fiesta democrática a
la cual estamos invitados y debemos participar todos. Además es un deber
cívico, que necesita responsabilidad y sobretodo EDUCACIÓN. Si, Educación, para
entender, conocer y determinar a quien logre configurar nuestros ideales de
hombres, de pueblo y región; y trate de llevar adelante nuestras aspiraciones.
No permitamos que el fatalismo de siempre de nuestra
realidad política y nuestra callada manera y actitud contribuya a perpetuar lo
que hoy tenemos. Esta es una reflexión que necesita una respuesta urgente, no
hay tiempo que perder, sino la historia no tendrá respuesta.
El gran salto histórico y social, quedará demostrado,
este 5 de octubre o salimos adelante y crecemos como pueblo o continuamos
hundiéndonos en el estiércol de nuestros pequeños ideales y grandes
riquezas.